Cuanto más vivo, más me queda por vivir

  Las reuniones navideñas con mis hermanos, cuñados y sobrinos   son, además de un follón, una fuente de intercambio, de debate y, sobre todo, un gran ejercicio de cambio de observador. Hace tiempo, mi cuñado Ignacio lanzaba, en la sobremesa del día de Año Nuevo,...

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